En febrero nuestra visita a las privadas de libertad fue como todos los meses. Conversamos, hicimos dinámicas de animación, compartimos sus estados emocionales, rezamos La Coronilla y meditamos un pasaje de las Sagradas Escrituras.
Son instantes en que ellas se alegran y hablan de sí mismas. Son muy receptivas y amables, cuando estamos en nuestra reunión nos olvidamos qué hicieron y por qué están allí. Nos tratan con mucha consideración y respeto. Están dispuestas a dejarse amar.
En este mes, Claudia decidió impartir un taller sobre manualidades. Cómo agregar calidad a los productos que elaboran ya sean cojines, carteras, cintillos, etc.
Será una vez por semana. Es decir que nuestro grupo Jesús de la Misericordia tendrá "presencia" cinco veces al mes.
En marzo decidimos cambiar nuestro esquema y realizamos "El Viacrucis del niño abortado". Las dos horas que nos permite el penal, las empleamos en el recorrido del Viacrucis, por el contexto de cuaresma.
Fue impactante, una vivencia intensa de las participantes. Nosotras también tuvimos una experiencia sorprendente. Al final compartimos un bocadillo con refrescos.
Hasta nuestra visita de abril en Pascua de Resurrección.
Layla María.
Fue impactante,
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